¡Corred, que no llegamos! ¿Pero a qué hora hemos quedado con los tíos en la parada del bus? La faja más tirante, ya puedes dar vueltas. ¡Échame más laca que un pelo se quiere escapar del moño! Te sujeto el mantón con alfileres como pueda y que te lo ponga bien la abuela…Qué flores más bonitas y qué bien ha quedado la cesta. Jodo qué calor, qué frío, qué cierzo, que parece que va a llover… y se me han chipiado tanto las alpargatas que no siento los dedos de los pies… Dos horas de espera y una de recorrido. Pues a mí me gustaba más cuando nos costaba cuatro horas, así me sabe a poco. Dame un trocito de queso, uno de jamón y un cacho de pan. Pásame la bota de vino que lo quiero intentar. Arrejuntaros para la foto y sonreírle al del periódico. Segundos de silencio al acceder a la calle de Alfonso. El Pilar de frente y nuestra Virgen esperando su vestido de claveles. ¡Quitad el celofán antes de llegar! Instantánea en la plaza con la cámara del momento: de carrete, desechable, digital, smartphone, iPad, iPhone. Caminata hacia casa por la ribera del Ebro. Otro año más y ya van… todos los que tenemos: 61, 57, 33, 25, 1 y pico…
El cierzo hoy sopla enfadado porque no puede jugar con cachirulos, enaguas y faldas. Nosotros también lo estamos un poco. Jamás imaginamos romper la tradición. Jamás imaginamos dejar de vestir los trajes que la yaya ideó y cosió con tanto amor y arte.
Por eso hemos decidido ser los mismos baturricos de siempre, solo que sin caminar cogidos del brazo y con la sonrisa oculta bajo un nuevo atuendo.
No podemos llevarle flores a la Virgen del Pilar, pero te las traemos a ti. Hemos pensado que podías invitarla a un café con rosquillas y entregárselas de nuestra parte. Así, de paso, puedes ver lo guapos que estamos y lo mucho que te echamos de menos.