Desconfía de la gente a la que no le gusta la letra X.
La colocaron por error en el vigesimoquinto lugar, perdida al final del alfabeto, entre la reina de los anglicismos y otra cuyo mayor logro es ser una conjunción. Pero se equivocaron. Solo porque el sexo la necesita para existir, con sus excesos, sus exageraciones y su clímax, debería ostentar el rango más alto de entre todas las letras. Además, sirve como sistema de medición: cuantas más X, más erotismo en las películas; cuantas más X, más grandes son los calzoncillos de sus protagonistas.
Es la única que permite elegir entre varias opciones y la que garantiza el anonimato. También sirve para hablar de uno mismo poniendo como ejemplo a otro, llámalo X. Multiplica lo bueno y censura lo malo.
El miércoles la eligió como representante en el calendario y los romanos, de entre todos los números, le otorgaron un diez. Y, por mucho que te sorprenda, cuando dos caminos se cruzan en ella, alguien encuentra un tesoro.
Hasta el álgebra juega a desenmascararla, porque la X es una variable desconocida, una incógnita por resolver. A Miguel Delibes le gustaba firmar como Max, un acrónimo de su nombre, el de su mujer y una X final que representaba su futuro juntos, siempre incierto.
La X da nombre al cromosoma que compartimos todos, por eso es unisex y también bisexual. A una generación perdida entre baby boomers y millennials. A unos rayos, propios de los X-Men o de Matrix, capaces de atravesar cuerpos opacos e imprimir fotografías.
A pesar de que es una letra un tanto excéntrica, conviene aproximarse a ella, conocerla y explorarla. Nunca dejarla caer en el desuso, como les ocurrió a la ch y la ll, a las que expulsaron del abecedario después de más de doscientos años al servicio de la lengua. Se quedaron tan chafadas que lloraron hasta la extenuación.
El consejo número 13 es el más importante. Nunca una unidad mínima de expresión ocupó tan poco espacio con una lista de virtudes tan extensa. Su valor es máximo; aunque solo quien tiene un sexto sentido se percata de su excelencia.
No lo olvides. Desconfía de la gente tóxica a la que no le gusta la letra X.
Fdo: XXXXX
*Relato incluído en la obra Memorando. Si os ha gustado y queréis leer los otros dieciséis con los que participo, echad un vistazo a la sección Libros.