(MICROVERDADES DE MENTIRAS)
Autora: Iris Carrasco
No suelo leer poesía y mucho menos reseñarla. Siempre he pensado que se me escapan cosas, que no llegó a captar la esencia completa de lo que desean transmitir los poetas. ¿Por qué me he lanzado entonces a dar mi opinión sobre un poemario? Porque empecé a toparme con @iris83zapatosrotos en un montón de concursos literarios de Instagram y me estrujó el corazón con las dos manos en varias ocasiones. Al principio, no caí en la cuenta de que se trataba siempre de la misma persona. Pensaba: «qué bien escribe», «cómo me gusta», «este casi me salta la lagrimilla». De pronto, me percaté de que esas palabras salían siempre de la misma mente inquieta y me puse en contacto con ella para adquirir su obra.
Los pies en la mesa es un conjunto de textos breves que cantan al amor en todas sus formas. Una verdadera declaración de intenciones que, ya desde el título, pone en valor el amor propio, lo que nos permitimos a nosotros mismos y lo que no, que no hay que disculparse por quererse y que, a veces, olvidamos que somos dueños de nosotros mismos. Parte de una idea clave y es que todo recuerdo es subjetivo y, quizás, lo que recordamos no fue tan malo o bueno como creemos. De ahí esas microverdades de mentiras, que descolocan al lector aunque solo contengan un par de líneas.
Iris Carrasco es valiente, como todos los poetas, que impregnan de vivencias cada palabra que sienten y expulsan. A través de versos libres, aforismos e ironías la vamos conociendo, desnudando poco a poco, compartiendo con ella (o no) distintas versiones del amor, siempre imperfecto. Hace hincapié en las diferentes maneras de querer, de tener y de perder. En todo lo que damos y lo poco que llega en ocasiones. En el miedo que a veces nos prepara las maletas y nos protege en la lejanía (o eso creemos) de una historia plena y sin fisuras.
Me gusta poder resumir mis lecturas en imágenes y, en este caso, Iris me ha brindado algunas para apuntar en mi cuaderno verde. Anoto varios silencios, la sonrisa de una madre, todo lo que esconde el surco de un entrecejo y el echar en falta que den las siete apoyada en tu cuerpo.
Los poemas van acompañados por una serie de ilustraciones infantiles, también de la autora, extremadamente sencillas, que completan la pureza de sus letras. Como siempre que leo, sé que lo que me ha encantado hoy puede que no me transmita lo mismo mañana, y al revés. Por eso recomiendo siempre volver a disfrutar de ciertas lecturas al tiempo, con otra mirada, otro legado y otra experiencia vital.
Tengo que confesar que, en este momento, a punto de terminar mi primera novela, el pánico me acecha y pongo en duda si es demasiado personal. Si tanta exposición no acabará pasándome factura. Iris se abre a sus lectores sin miedo y se cuela dentro de ellos sin dificultad. Sus palabras me invitan a dejar de ponerme trabas y a que vuele alto. Prometo que lo pensaré.
*Disponible en Ediciones Libertarias.